viernes, 3 de mayo de 2013

Monólogo interior. Una mente sin censura


Todos los momentos no pueden ser deterioros de la persona, aún, en los peores tiempos, la mente cabalga, o está obligada a surcar por praderas distintas. El monólogo interior abre una técnica nueva dentro de la narrativa, mundos donde los autores descubren que no tienen censura, que pueden sacar a flote mil y un delirio, sensaciones, turbaciones, que pueden estar sujetas a la inconsciencia, a lo incoherente, pero que son pilares de la psicología humana, materia de estudio, no sólo en el psicoanálisis, sino a través, del campo que nos ocupa, la literatura.

Maticemos pues las primeras técnicas del monólogo interior, y como tras los estudios de Freud, gira de postura para ofrecernos mil mundos, dentro de otras realidades, donde los laberintos son inquietantes.

 

El monólogo es aquella modalidad narrativa que cede la palabra a un personaje para que pronuncie y de voz a sus ideas, pensamientos, inquietudes – siempre dentro del relato- sin que nadie le pueda responder.

Desde la aparición de la novela de Joyce “Ulisses” en 1922, el monólogo gira  su técnica y nos encontramos con un diálogo interiorizado, siempre en soledad, utilizando un lenguaje íntimo, desde esa estrechura, soledad y conciencia del que lo expresa. Debemos puntualizar que el monólogo es una técnica muy antigua en la novela, incluso, más aún que la lírica.  El concepto universal de monólogo lo definía como la aparición del inconsciente, la yuxtaposición de pensamientos- siempre íntimos- de una forma dispersa, desgranados, y en muchos casos, sin enlaces lógicos, en un principio.

Así pues, podemos decir que es reflejo de la conciencia, sin tener una intención racional, o dicho de otra forma, se produce de manera espontánea, caótica. El objetivo fundamental  del monólogo, es introducir, de forma directa al lector en la vida interior del personaje, evidentemente sin que exista ninguna intervención por parte del autor para explicar dicha vida interior, o  dicho comportamiento del personaje.

Pero en la actualidad, los monólogos interiores pasan por tener un dominio de la conciencia, ya que una de las características importantes del personaje es la lucidez para afrontar un autoanálisis.

Este cambio de técnica en la actualidad viene ligado a los descubrimientos de Freud en el campo del psicoanálisis. Todos los estudios del subconsciente abren para los narradores, todo un mundo desconocido, donde sin duda deben  ir dando forma, y reflejando aquello que no pasa por la censura, los campos donde se encuentran los sueños, los delirios, y las fantasías.

Habiendo tejido, muy brevemente, esta técnica tan apasionante, no nos queda más que  descubrir en nosotros mismos todos nuestros submundos, para que la realidad se llene del eco que corresponde.

De esta forma, aún, todavía, nos queda mucho que decir…

 

Raquel Viejobueno

 

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