Dignificar la vida con tu figura
es una lucha constante entre necios y absurdos. Hacer que la realidad no duela
cuando danzas entre líneas y bordes, es creerse un gigante entre pequeñeces,
pero es todo así, lo único que existe, que hay, es esa luz que ilumina la
estancia indefinida por el caminar de todos los días. Fingir o fingirse alguien
ante la muerte del sonido de tu vestido, es pensar que tras ella hay un espejismo
de color de rosa, cuando sólo navega la nada entre luciérnagas, ya apagadas.
Dignificar mi existencia con tu
presencia que susurra, es crear todo lo que pueda moverse por sí mismo, eso
eres letra, duermes entre la soledad y el precipicio, y aun así, todavía me
cuesta entender el destino de tus pasos…
Raquel Viejobueno
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