La literatura y sus
regueros. Parece difícil partir de la base de la teoría literaria para poder
elaborar los textos. Es casi imposible escribir y tener presente en la memoria
todos los procedimientos que la componen, pero es obvio, que el escritor debe
trabajar en el texto, una vez creado, para dejarlo apto en el proceso de
comunicación.
Hablemos del contrapunto,
otra figura literaria. Consiste, en representar simultáneamente y sin dejar
avisos, tiempos, lugares y personajes. Se suele utilizar con bastante
frecuencia en los monólogos interiores.
Citemos un ejemplo, que nos
haga vez con más claridad esta figura:
“Adolfo
esbozaba frente a la ventana, mientras, su hermana remendaba un calcetín,
Afuera, entre los árboles, el pastor cuidaba de las ovejas. Sonaban las
campanas, el reloj de la habitación detenía las agujas. Rebeca con su piano
dejaba libres las notas musicales […]
Raquel
Viejobueno
Del
relato “Perfil de un mentiroso”
Fijémonos, como en esta
figura somos capaces de juntar en una sola piña, personajes con acciones,
tiempos, y por supuesto, lugares donde se desarrolla la trama.
El contrapunto se presenta
como un aserie de momentos que ocurren a intervalos de tiempo, de forma
discontinua, que evidentemente sólo es posible encontrar su armonía, orden y
razón en la mente del lector.
Es importante citar que en
la novela actual no es muy utilizado, pero tuvo su momento de esplendor en el
experimentalismo.
Poco a poco avanzamos por
los regueros que anteriormente hemos citado, para comprender mucho mejor, al
gran titán: la literatura.
Raquel Viejobueno
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