viernes, 3 de mayo de 2013

El contrapunto


La literatura y sus regueros. Parece difícil partir de la base de la teoría literaria para poder elaborar los textos. Es casi imposible escribir y tener presente en la memoria todos los procedimientos que la componen, pero es obvio, que el escritor debe trabajar en el texto, una vez creado, para dejarlo apto en el proceso de comunicación.

Hablemos del contrapunto, otra figura literaria. Consiste, en representar simultáneamente y sin dejar avisos, tiempos, lugares y personajes. Se suele utilizar con bastante frecuencia en los monólogos interiores.

Citemos un ejemplo, que nos haga vez con más claridad esta figura:

“Adolfo esbozaba frente a la ventana, mientras, su hermana remendaba un calcetín, Afuera, entre los árboles, el pastor cuidaba de las ovejas. Sonaban las campanas, el reloj de la habitación detenía las agujas. Rebeca con su piano dejaba libres las notas musicales […]

Raquel Viejobueno

Del relato “Perfil de un mentiroso”

 

Fijémonos, como en esta figura somos capaces de juntar en una sola piña, personajes con acciones, tiempos, y por supuesto, lugares donde se desarrolla la trama.

El contrapunto se presenta como un aserie de momentos que ocurren a intervalos de tiempo, de forma discontinua, que evidentemente sólo es posible encontrar su armonía, orden y razón en la mente del lector.

Es importante citar que en la novela actual no es muy utilizado, pero tuvo su momento de esplendor en el experimentalismo.

Poco a poco avanzamos por los regueros que anteriormente hemos citado, para comprender mucho mejor, al gran titán: la literatura.

 

Raquel Viejobueno

 

 

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