Recojo mis imágenes difusas, a
fuerzas de creerlas reales. Cuán estafa es la vida que soñamos que existimos.
He visto pasar mi niñez sobre dunas, iba sedienta. Fui cántaro donde
bebieron las palabras secas. Gota que
permaneció intacta a la caricia de la lluvia. Ahora que alguien me empuje al duelo de
conocer otras tierras, antes que el día me descubra y sepa que no existiré
más...
Imágenes, sólo reflejos de una vida que
anochece sigilosa, y sutilmente en la palma de mi mano.
Que me encuentren amando y
arrullada en el monte de hinojo, donde me perdí desnuda de pinceladas y
melancolía.
Y amontono entre mi cabello
hebras de un aire nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su comentaro está pendiente de revisión. Muchas gracias por su intervención.